(Cecille, obra inconclusa de A. Strauffon. Fragmento. Lucian y Valek basados en Strauffon y Nerost, respectivamente.)
Cecille
PERSONAJES
CECILLE, joven hermosa de naturaleza voluble
AMIR: narcisista y frio hombre, vendedor de caballos y de vinos, esposo de CECILLE
LÚCIAN DRAGUSTINOVIS: hombre joven de ideas liberales
VALEK: libertino hematofago de 40 años, mentor de LUCIAN
KAYAK: mujer cincuentona, activista catolica y promotora de la moral y buenas costumbres
ALONDRA: muchacha alegre, amiga intima de CECILLE
ACTO I
Escena Primera
Un claro en el bosque a la luz de la luna.
(LUCIAN y VALEK frente a la fogata)
Escena Primera
Un claro en el bosque a la luz de la luna.
(LUCIAN y VALEK frente a la fogata)
LUCIAN: He de ser sincero, mi estimado maestro, y decirle que en mas de una ocasión, esa Luna que ahora vemos la he mirado con envidia. Pues ahí desde su sitio se perfila tan gloriosa, como divina luz que solo el necio ignoraria. En mi vida solitaria reflexiono, y veo que tal cosa es precisamente lo que quiere el hombre: convertirse en la unica luz en medio de la oscuridad de la vida de alguien, y asi no poder evitar ser admirado, amado, y hasta ensalzado por sus palabras y sus acciones.
VALEK: Nada mas cierto, joven Lucian. Pero esa reflexion se queda corta. No buscan ser amados, sino poseer y ser poseidos. Y a fin de cuentas, ¿Cómo culparles? ¿Seremos acaso libres de toda mancha como para juzgar severamente a aquel que posa su mirada deseosa sobre la mujer de otro? Verdad es que Moisés se esmero en prohibirlo con sus tan famosas Tablas, pero no es la Ley lo que mas se respeta y mueve al mundo en estos tiempos. Y no son los Mandamientos los que estan presentes en la mente de los hombres en esta sociedad nuestra, donde los placeres nos aguardan a que extendamos nuestra mano a ellos.
LUCIAN: ¿Cómo es eso, señor? Entiendo que ha sido usted un modelo de la libertad en todos los aspectos, pero sin lugar a dudas hay una linea de respeto marcada por nuestros sabios codigos de la moral, y el no franquear dicha linea nunca es una de las vias para asegurarnos de una sociedad cimentada por la paz, el respeto y la armonia.
VALEK: (sonriendo mientras enciende una pipa y fuma de ella) Aaah… si, mi joven amigo. No se equivocaban quienes me decian que en ti hervia una pasion de lo mas pura; pero deberias preguntarte: ¿Es justo que la pongas al servicio de reglas tan antiguas como las que mencionas? ¿Dónde esta el trazo correcto e inalterable de dicha linea que tanto te empeñas en no cruzar? En otros tiempos, a la adultera se le castigaba con brutalidad. Algunas civilizaciones solian apedrearlas; otras las desnudaban y cubrian con estiércol, y algunas mas las apuñalaban o quemaban. Ahora el buen gobierno no castiga sus acciones; antes bien, las protege y las cubre de ‘derechos’, igual que a los mismos criminales. Y una mujer que en el antiguo mundo hubiese recibido una pedrada, lo que recibe ahora es una jugosa pension del mismo hombre a quien ha ofendido.
LUCIAN: (meditabundo) Quizas tenga razon…
VALEK: ¡Vaya si la tendre! Y no me malinterpretes, no afirmo esto por padecer de falsa modestia. Pero creo, y perdoneseme si sueno impertinente, que La Palabra debe ser llevada a todos los confines de la Tierra. Dicha palabra es esta consigna: que todos nacemos libres, para buscar nuestros placeres, y que lo que es ‘bueno’ para la cerrada mente de alguien no tiene por que serlo para el resto del mundo.
LUCIAN: Pues sera quiza como me dice. Claro esta que, a los dioses gracias, lejos estoy yo de verme flagelado por ese latigo llamado Amor. ¡Y bien me va! Pues son innumerables las historias de metas y vidas por amor perdidas.
VALEK: (divertido) ¡Ja ja! Eres prudente, y es muy sabio como piensas, mi amigo. Pero, y a pesar de lo mucho que me moleste el hacerlo, al parecer el Destino me ha convertido en profeta de ese mismo sentimiento que evitas, y muy a pesar tuyo he de presagiarte que has de sucumbir a este, como le sucede a la mayoria de los mortales.
LUCIAN: (dando un respingo) ¡Pero cómo! Señor, sabe usted de sobra el respeto que le tengo, pero no lo tome a mal si le pregunto si ha ingerido algun extraño elixir o hierba en este dia, que alterando sus sentidos le ha inducido a sugerir semejante mascarada.
VALEK: No, muchacho. No es el extasis de algun elixir el que es fuente de tales pensamientos. Antes bien… (hace una pausa y voltea) ¡Escucho algo! ¿Quién esta ahí? (Entra Kayak)
KAYAK: (con expresión seria) Disculpen la interrupcion, gentiles señores (A Valek) Mi patron desea hablar con vos.
VALEK: (poniendose de pie, sonriente) Ah, ese Amir. Tan oportuno como el Angel de la Muerte…(caminando mientras rodea con un brazo a Kayak) Solo vuestro jefe tomaria por oportuna una hora avanzada de la noche para realizar sus negocios. Y de tal suerte, todas sus ventas se vuelven pactos entre las mismas sombras. Harto romantico y hermoso, he de decir, pero: ¿Qué pensará la demas gente?
LUCIAN: (agregando en tono burlón) Y ni que decir de un pensamiento que invariablemente en muchos surgiria; que tales horas convienen mas que nada a las obras de demonios y bandidos. Y ciertamente no he visto en su señor rasgo alguno del Padre de la Iniquidad.
KAYAK: (con voz indignada) ¡Jovencito! Bien haria usted en guardar respeto al señor Amir, y actuar conforme a alguien de vuestra posición. Que de sobra hay gorrioncillos que creen ser imponentes aguilas, intentando actuar como tales, y frente a otros tarde o temprano pasan vergüenzas y en su interior un desengaño y descontento.
LUCIAN: (de pronto visiblemente disgustado, encara a Kayak) ¡Y bien versada debe estar en tales temas, contando ya cincuenta años de ser ave de rapiña! Y en ese despotismo os humillais mas vos misma, que a esos que llama gorriones. ¡Vieja necia! (Forcejea mientras Valek lo sujeta y aparta) ¡No me aparteis, señor! Dejadme decirle unas palabras mas, que la Verdad nunca debe ser callada, antes bien debe arrasar con quienes creen tener la patente de ésta, y juzgan a otros con sus adjetivos que a veces hieren.
VALEK: (hablandole al oido a Lucian) Y mil veces mas necio serias tu si a su nivel te rebajaras. Otro problema tuyo, muchacho: tu impulsividad. ¡Valiente osadia habria sido del Nazareno haberse hecho crucificar a la edad de catorce o quince! Y de haber sido asi, apostaria mi brazo a que no tendria mas adoradores que los que veneraran un animal en piedra esculpido. Hay un momento y un lugar para cada cosa, pero lo mas importante: recuerda que la gente a nuestros ojos odiosa es a veces el preludio de lo mas bello por venir. Como una dura y desagradable cascara que justo detrás de ella esta el fruto mas bello, tentador, y delicioso al paladar…
KAYAK: (interrumpiendo) Mi ama Cecille (hace una pausa para tragar saliva, y prosigue) tambien estara presente. De hecho os aguardan ya; por favor traed a (levanta una ceja) vuestro discipulo y acompañadme, que se hace tarde.
Escena Segunda
Alcoba de Cecille
(CECILLE y ALONDRA)
Alcoba de Cecille
(CECILLE y ALONDRA)
CECILLE: (sentada frente al espejo cepillandose el cabello) La vida es mas un camino que un destino, mi amiga. ¿Es eso lo que me dices?
ALONDRA: (sentada sobre la cama) Asi es. Y por favor, dame un instante para convertirte a mi opinión (sonríe); ¿No te has preguntado el porqué de la ausencia de la felicidad definitiva en todos los hombres y mujeres? Es por ello precisamente, por ver la dicha como un destino lejano, algunos creyendo como los piadosos y creyentes que es un estado que solo conoceremos después de morir. ¡Vaya una cosa! Yo me pregunto: ¿Qué objeto tendria venir a pasar decadas de penurias y carencias, haciendo sacrificios en esta existencia con la promesa de vivir dichoso en otra, de la que ni siquiera hay pruebas de que exista?
CECILLE: Pero entonces, ¿Qué tiene que hacer el hombre? (deja el cepillo y voltea a verla) Tal vez resignarnos todos los mortales a que la felicidad es un inducido estado de estupidez, y que especialmente nosotras las mujeres estamos encadenadas a ese tormento de no poder hablar, opinar, y mucho menos vivir y disfrutar siquiera la mitad de las cosas que nuestro ser clama con todas sus fuerzas.
ALONDRA: no es asi. La felicidad es un estado REAL, al que se llega por medio del placer que se vive en cada uno de nuestros sentidos. He ahí el error de tantos: que consideran la felicidad como el premio por vivir en la carencia, cuando la formula mas sencilla es la verdadera; disfrutar de todo lo mas posible, y en ese extasis encontrar la gloria… (entra Kayak)
KAYAK: (a Cecille) mi señora, las visitas del señor acaban de llegar. (a Alondra) Señorita, se le invita a quedarse y acompañar al señor y la señora en su reunion con sus invitados.
ALONDRA: (con euforia) ¡Invitados! No me habias comentado que vendria alguien. ¿Quienes son?
KAYAK: (para si misma) ¡Ay, estas sanguijuelas en cuerpo de mujeres bellas! ¡Sus piernas tan prontas a abrirse acaparan mas que un politico en dos periodos de gobierno! Y no es menor su hambre de lujos y riquezas, pues al cabo de los ultimos años han convertido a exitosos ejemplares en pozos secos.
CECILLE: (a Kayak) ¿Qué dices?
KAYAK: (desviando la mirada) ¡Nada! Absolutamente nada, mi señora. Pero por favor; vuestro esposo espera ya a ambas, e imagino que con impaciencia.
ALONDRA: ¡Vamos, vamos! (con tono sarcastico) No sea que el buen señor, tan amable y honesto con la que es desde siempre mi mejor amiga, llegue a sufrir en su tan pura alma nuestra descortesía…
CECILLE: (caminando tras de Alondra, empujandola por la espalda) ¡Vamos ya! Sin discursos ni demoras…
jejeje ah que alex
ResponderBorrarTa chido, a ver cuando posteas lo que falta, eh?
saludos !!
si algun dia terminas esta obra espero no me cobres regalias por la puesta en escena.
ResponderBorrarEso si algun dia vuelo a pararme en un escenario...jojojo...snif!
saludos
deberias cobrar por leer.. jaja menos a mi :P
ResponderBorrarpinche amargado de mierda!!!
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