Muchos de los que lean esto lo comprenderán, ya que les ha sucedido también: qué dificil es tratar (o soportar) a aquellos que son nuestros "familiares a medias". ¿A qué me refiero con ésto? Pues a esos parientes con quienes nunca hablas, que ni te acuerdas que existen, y lo que es más: ellos no se acuerdan de ti tampoco, y tampoco les importas. Permítanme hablarles un poco de esto.
Hay un tío de quien ya hablé en una anterior entrada del blog, aquel que gusta de hacer aspavientos junto con su familia y que le ponen alcohol en la nariz cuando lleva a cabo sus desmayos improvisados. Cuando era niño, ese tío me causaba admiración, debido a su gusto por la lectura y sus ideas.
Pero empezó con sus teatros tontos, y se peleó con mi madre por algunos problemas entre hermanos (mis tíos), lo cual sucede en todas las familias. Luego del bombardeo de palabras de un lado y otro, nos distanciamos de ellos. Ahora, solo cuando algun pariente ha fallecido nos los encontramos, y no siempre saludan. Viven en la misma ciudad que yo y es como si estuviéramos en planetas distintos.
Los hijos de ese tío intentaron un buen dia volverme a hablar. La menor de ellos me habló en la calle, y al principio no la reconocí. Ya que me pidió mi información de contacto, no quise parecer un completo ojete, y se la di. Y vaya que en las siguientes semanas me arrepentí de hacerlo.
La forma en que interactuaba conmigo era la siguiente: preguntaba por mi padre, por mi hermano, y finalmente mencionaba algo del clima. Lanzaba después indirectas hacia mis otros tíos, y luego se dedicaba a hacerme preguntas de lo más indiscretas, las cuales evadí por buen tiempo, hasta que me vi forzado a decirle que mis asuntos no eran de su incumbencia, y la bloqueé. A sus hermanos también.
Por supuesto que no faltará quien diga "qué mamón eres, es tu pariente y se estaba interesando en ti". Pues les tengo noticias: no todo el que te hace preguntas sobre tu presente lo hace porque le importes. La mayoria de las veces lo hacen por morbo, por saber qué tan jodido estás económica o emocionalmente, y qué tan útil les puedes resultar en un futuro. Por eso esos familiares que ves solo en ocasiones especificas olvidan con facilidad los detalles de tu vida que en realidad no les importan, pero no aquellos que les pueden servir. ¿No me creen? Tan solo díganme cuál de las siguientes dos preguntas es más común que te hagan de entrada: "¿Eres feliz?", o "¿En dónde estás trabajando?"
Eso para mi no es familia. Como ya lo dije: el hecho de que Fulanito cogiera con Fulanita generaciones atrás, y se viniera dentro de ella y la dejara embarazada, y tengamos en nuestro código genético una relación con ellos, no forzosamente nos vuelve familia. El respeto, apoyo recíproco, y convivencia son los elementos que hacen real un parentesco. Y la ausencia de ellos es lo que le pone fin. ¿De qué me sirve que X tipo fuera mi primo con quien jugaba de niño, si por años dejó por completo de hablarme? El que es actualmente no es nada mío. Y ciertamente, no le voy a dar un pase backstage para entrar en los asuntos de mi vida.
Y así son, como muchos en otras familias. No olvido el apoyo que nos hemos dado mutuamente en ciertas situaciones en el pasado pero la realidad es que nuestra relación es fría y distante, cada vez es más evidente que están actuando al decir alguna frase de afecto, y finalmente quiero agregar que los hijos de ciertos parientes y/o sus parejas (los que vienen siendo parientes politicos) no son muy amables o sinceros que digamos. Y en cierta forma se entiende, jamás nos vemos y no sienten afecto ni respeto por uno en realidad, y ahi se prueba mi punto: prácticamente no somos nada.
Imagínense: si no convivimos casi nunca, ¿creen que es facil platicar sobre mi, contestar a sus preguntas, fingir que somos la gran familia feliz? No lo es. He tenido un trato más cercano y de confianza hasta con la señora de la tienda de la esquina que con ellos.
Por fortuna, el lado bueno existe también. Tengo familiares que si bien están en otras ciudades, su afecto e interés han probado ser genuinos. Aunque con la mayoría de mis parientes las cosas no están bien, esa minoría que se llevan bien conmigo son los que cuentan. En resumidas cuentas: quienes me dan su afecto y son honestos conmigo, saben que les devuelvo lo mismo. Y los que no, para mi no somos nada, aunque en términos legales se diga que son mis parientes.