Piénsalo: Si te tocara vivir el fin del mundo y el desastre apenas comienza, ¿qué harías? Desde hace mucho tiempo, el hombre ha aguardado el momento en que a su raza se le termine su vigencia, y un evento extraordinario ponga fin a ese accidentado trayecto que ha sido la evolución. Creyentes que aguardan el Apocalipsis y la segunda visita de Cristo, religiosos de otro tipo que adecuan sus creencias a los signos vistos en la actualidad, o simplemente los curiosos con la avidez de experimentar el que sin duda sería el más memorable evento del hombre: su aniquilación.
De las más populares profecías, entre las que se destacan los Mayas y el año 2012, San Malaquías, Nostradamus y otros, resalta el enigmático libro final de la Biblia: Apocalipsis (La Revelación). Ya sea por estar vinculado a la creencia religiosa más difundida en el mundo, o por lo crudas e inquietantes que son las situaciones descritas en él, ha logrado estar presente en la mente desde el creyente más devoto hasta el más indiferente hombre de fe errante. Y es que, siendo sinceros, ¿Quién no ha escuchado alguna vez del popular Anticristo, la Bestia, y un terrible juez llamado Dios precipitando calamidades y castigos sobre un mundo ya extraviado?
La interpretación del libro de las Revelaciones es de lo más controversial; desde las muy ordenadas y correctas correlaciones entre la simbología que en él se lee y los elementos que representa (como los cuernos de la Bestia representando a los reyes), hasta los más elaborados y heterodoxos, como quienes piensan que tal ser de múltiples cabezas y cuernos es en realidad una gigantesca nave alienígena (...)
Como sea, vale la pena preguntarse, con el libre raciocinio como estandarte, si como raza somos merecedores de los castigos que el buen y misterioso Juan nos presenta en esos sus escritos. Y es que al verlo friamente, podemos darnos cuenta que ese festín de muerte, plagas, catástrofes naturales, y guerra, es a fin de cuentas lo que el hombre se ha hecho a sí mismo desde siempre. Sería el irónico final donde el animal ponzoñoso deja de ser inmune a su propia substancia, y muere en ella junto con sus víctimas.
Así que, independientemente de con que teoría decida “casarse” el creyente de que un cataclismo ocurrirá (escojan su desastre favorito), veamos que es lo que ocurriría y qué habría que hacer.
I – El Evento
Muy bien: alguien ya presionó el botón y hubo explosiones nucleares, o las calamidades bíblicas ya se soltaron, los zombies ya están sueltos, etc. El hecho es que ya ocurrió, y el mundo no será igual. Imaginabas que el impacto te mataría, pero no, ahí estas como todo un sobreviviente. Así, el presidente en turno de tu país toma acción, y el ejército es liberado a las calles. Probablemente los demás cuerpos civiles son inmediatamente federalizados por cuestión de organización. Según el tipo de desastre, es lo que viene, pero lo que hay en común es el panico que reinará en el ambiente. Si se trató de un evento nuclear, el pulso electromagnético se encargará de dejar inservible la mayoría de los aparatos. Y si no fue eso lo que ocurrió, la misma muchedumbre se encargará de hacer destrozos, ayudando así a los huracanes, frentes fríos, bombas, o lo que sea que este jodiendo el planeta que solias llamar hogar.
Si fuiste previsor, habrás creido en ciertas señales, o aun sin creer quisiste aprovisionarte –por si las dudas-. De una manera ordenada, contrario al proceder de los paranoides del Y2K, pudiste preparar alimentos, armas, y un transporte. Y si no, en lo que aguardas por tus seres queridos, no haria daño una visita a la tienda a conseguir lo que puedas. Sobre todo porque tu dinero tal vez aun valga para otros, pero para mañana ten por seguro que no será asi.
En la tienda, encuentras o un gran caos, o un gran vacío tanto de gente como de productos. Y tal vez ni hay electricidad ya, ni funcionan las cajas. Como pueden, las personas cargan con lo que sus manos pueden. Decides imitarlos; tal vez dejas tu dinero ahí, o tal vez cruzas esa delgada linea que a otros no les importo ya saltar: el robo. De todas formas, autoridades como la policia local y otros seguramente haran lo mismo. No se preocuparán por uno más del montón; tienen sus propias familias en que pensar. Y los pocos que se apeguen a su investidura y su labor no durarían mucho ante una turba iracunda.
Al tomar cosas ya sea dentro o fuera, debes tener cuidado. Si contabas con un transporte no dependiente de un sistema electrónico que se haya estropeado, podras llenarlo con todo lo que pudiste hallar. ¡Y debes tener cuidado! Si hay un altercado –seas tu o no el causante-, debes evitarlo a toda costa. No podrán atenderte si los hospitales seguro están ya a manos llenas.
En casa, han llegado tus seres queridos. Brevemente hablan sobre lo que hay que hacer a continuación. Si acaso tienen un arma, deben evitar convertirse en animales y darle el uso adecuado, solo cuando todo lo demás fracase, y tener en cuenta que la prioridad es proteger la integridad de los tuyos, no el causar la destrucción de los demás.
La noche transcurre, y el amanecer trae ruido de desórdenes aislados y golpear de cosas. Es hora de moverse. Algo que hay que tener presente es que, cualquiera que sea la tragedia, debes alejarte de las grandes ciudades. Y pronto. Confirmas este ultimo pensamiento cuando te das cuenta que el teléfono no funciona, no hay luz, y tal vez ni siquiera agua. Tu gente y tu comen lo que hay en el refrigerador, comienzan a preparar lo demás para cargar. No hay tiempo para caer en panico: si la amenaza está alla justo afuera, lo combatirás y te abriras camino. Y si no, tanto mejor. Podrás llegar a otro sitio lejano. USTEDES SOBREVIVEN. No han sido alcanzados por una bomba, enemigo, o algo más.
El tiempo ahora está corriendo. El atacante (llámalo pais enemigo, plaga, Anticristo, alienígenas, o lo que gustes) tal vez se beneficia del caos, y goza de inteligencia para planear y precipitar las cosas a un punto en que tu y tu gente quedarán atrapados en medio. Y si no es una inteligencia quien guia estos eventos, ten por seguro que los desastres se reordenan a si mismos hacia el punto máximo, de todos modos. Te pones en marcha, ya sea que tengas un claro sitio pensado o lo determinarás en el camino. Solo recuerda lo ya dicho: aléjate de las grandes ciudades.
Aun para el no conocedor en cuestiones de guerra será facil entender dos tipos de ofensiva. El enemigo, sea natural, supernatural, o lo que sea, seguramente empleará una de dos tácticas: a) Atacar las fuerzas de defensa, objetivos militares, y puntos donde haga imposible que se reagrupen para una contraofensiva, evitando desperdiciar recursos en blancos civiles, y b) Arrasar sin piedad aquello que representa gran valor para el contrario. Desmoralizar, infundir miedo. Aquí es carta abierta: niños muertos, ancianos, mujeres. Ciudades destruidas, blancos sensibles (hospitales, escuelas, asilos de ancianos, etc). Lo que sea.
Bajo amenaza, la gente olvida las normas básicas de convivencia social. Muchos de tus conocidos a quienes ni imaginas siendo agresivos se convertirían en monstruos con el adecuado estímulo. Tu y los tuyos deben evitar eso; no porque deban ser tiernos conejitos saltando mientras afuera hay sangre, gritos y llamas, sino porque deben ser calmados y de mente fria y calculadora para poder defenderse mejor, abrirse camino, y eliminar obstáculos (Sí. Esto incluye a otras personas, en caso que representen una amenaza para ti.)
El mundo ha llegado a ese punto final y tal vez alguno de tus acompañantes rompe a llorar. Tu mismo te sientes agobiado. Ya están moviéndose hacia su destino, pensando en qué será del mundo. Y es que podria reconstruirse, pero deben estar preparados para por mucho tiempo vivir como nuestros antepasados de otra época: sin electricidad, autos, televisión, radio, medicina moderna, computadoras, en fin... ya tienes la imagen en mente.
En el camino tal vez deberás quedarte en otro sitio, pues resultaría aventurado hacer una travesía sin detenerte, hasta el agotamiento. Si acaso debes refugiarte en un lugar, asegúrate que pueda ser acondicionado como un refugio. Y con esto no basta con que sea un sótano, como las películas te han hecho creer. Hay que tomar en cuenta a la gente efectuando robos y agresiones a modo de rapiña, o quiza alguna inclemencia del tiempo. No debes ir ni al metro subterráneo ni conformarte con alguna cochera. Asegúrate que sea un sitio no llamativo, al cual puedas atrincherar provisionalmente (recordemos que tu meta es salir de la zona urbana. Por ahora tal vez las multitudes te lo impiden; lo más pronto posible te pondras en marcha otra vez).
Entonces alguien de tu grupo pregunta: “¿Y los albergues publicos? ¿Por qué no vamos alla?”. Olvidalo. Para empezar, al buscar ayuda de policia, militares, o cualquier otro representante del orden, tal vez seas agredido por ellos mismos. Además, el dichoso refugio puede incluso estar acondicionado de forma improvisada. Y ni se te ocurra albergar el pensamiento de que los buenos hombres del gobierno harán algo al respecto. No les importas, asi de simple. Ellos ya se fueron, tenian su propio plan para tal contingencia. Estas solo en ese sitio de gente amontonada, donde en cualquier sitio la desesperación puede llevarles al desorden y la anarquia. El ser humano puede ser poco habilidoso o tonto como individuo, solo ante una situación apremiante. Pero cuando esta en masa, se puede convertir en un Titan de pendejez y violencia. Ni dudes que aparecerá algun loco vociferando religiosidades y queriendo matar, o algun otro con la firme idea de que recurrirá a la violencia física, robo, e incluso asesinato para cual sea el propósito que cruza por su loca mente. Imaginate encerrado con tus seres queridos en un lugar asi, con militares armados hasta los dientes que te mantienen como un animal enjaulado en una veterinaria, sin querer responder a tus preguntas. ¿Ahí es donde quieres estar?
Desgraciadamente, ahora tienes dos grandes enemigos. Uno es el causante del desastre, y el otro es tu propio prójimo. ¿Tienes hijas? No dudes que querrán raptarlas y violarlas. ¿Tienes comida? No dudarian en matarlos a todos por quitártela. ¿Un transporte? Mas vale que no te detengas y evites que se te acerquen, o te quedarás sin el. No seas tu uno más de los locos, pero ten la determinación para acabar con cualquiera de ellos que los ponga en riesgo a ti y a los tuyos.
II – Las consecuencias adversas
Fuego. Puedes estar seguro que lo verás en muchos sitios. La buena preparación y lectura sobre como manejarlo, asi como otro tipo de consecuencias del impacto/evento inicial (inundaciones, aumento en la temperatura, condiciones insalubres en el mismo aire, etc). Seamos objetivos: los problemas nunca vienen solos. Son ramificaciones, y hay que tener una respuesta para todo.
En tu camino al campo, deberas asegurarte que tus provisiones acumuladas incluyan ademas la ropa apropiada para todos. Tan solo imagina que ocurra en pleno invierno, y el mismo clima lo vuelva aún mas crudo que lo normal. A continuación, debes planear inteligentemente el camino que seguiras. Ante tormentas, clima extremo, y otros factores, ten por seguro que las carreteras se saturarán. Mucha gente morirá a la exposición de estas condiciones, y los accidentes de autos y algunos que se quedan sin combustible haran casi infranqueables esos pasos. Se mas astuto; planea otra ruta que sea segura y fluida aunque represente un poco más de esfuerzo el transitarla.
Los cuatro factores de los que depende la supervivencia son: ubicación, conocimiento, preparación, y suerte. Los primeros 3 están en tu control. Encararás enfermedades, apiñamientos, clima adverso, y quien sabe que tipo de amenaza rondando por gran parte del territorio. Debes estar listo para todo. El ser humano tiene en su naturaleza no solo el destruir, sino tanto el crear como el sobrevivir a la destrucción. Deberás ser una prueba de eso. Ya llegaste hasta ahí. Mientras todo lo que representaba la civilización de la que formabas parte se derrumba, sabes que por pesimista que se vea el panorama, hay una via para dejar eso atrás y después llegar a la siguiente parte: la reconstrucción.
Llegando al campo, tal vez un punto entre las montañas que pudieras haber planeado previamente (si fuiste prudente y atendiste a esa probabilidad), has logrado poner a salvo por ahora a tu gente. Acondicionar el sitio, asegurar una fuente de agua, y protección contra cambios de temperatura es esencial. Deberas arreglártelas con lo que ahí veas. ¿Una recomendación? Deja las revistas de chismes, futbol, tipos/mujeres de poca ropa, y adéntrate un poco en la literatura necesaria para enseñarte a construir cosas y sobrevivir en el campo. No es que tengas que convertirte en Baden Powell, pero bien te serviría imitar a los scouts en el estar “Siempre listo”. Aprende primeros auxilios, a construir refugios, obtención y administración de alimentos, conceptos básicos de química, ingenieria, y agricultura. Hasta aquí llega este texto, y de llegar a ocurrir el mencionado cataclismo, eres tú quien podrá marcar la diferencia, y escribir los capitulos que le siguen a este texto. ¿Seran sobre continua lucha y triunfo, o sobre derrota y aniquilación? Está en ti.