Warner Channel: ignorando incluso a sus televidentes con discapacidad
No va a faltar quién tergiverse esto, así que de una vez lo aclaro: esto no es un ataque a quienes se dedican al doblaje, a quienes por cierto siempre he respetado, y mucho. Es respecto a las compañías que hacen un mal manejo con el material original y el material ya con doblaje. Casi al final del 2015, Warner Channel tomó una de las decisiones que más descontento ha causado a los televidentes: un cambio en el audio de su canal agregando la opción de SAP y estableciendo como default los programas doblados al español. Esa, por supuesto, no es razón suficiente de incomodarse o protestar. El problema es que a la opción de audio en inglés, su idioma original, le quitaron por completo la opción de subtítulos. Una manera de decir a la gente que para ellos las cosas son blanco y negro, y o te ajustas forzosamente a solo audio en inglés sin apoyo adicional, o si no debes soportar el doblaje al español con sus múltiples defectos.
Ante la cantidad de quejas en la página oficial en Facebook de Warner Channel, quien la administra empezó a dar respuestas prefabricadas y genéricas, cual si fuera solo un corta y pega, diciendo "Usted puede activar o desactivar la opción de SAP, en nuestra página le mostramos cómo". En balde la gente ha intentado razonar con el administrador o contactar a la compañía por otro lado, y se nota que su decisión es firme a pesar del descontento general. No son los primeros en hacer esto; los canales Golden, Golden Edge, y Cinemax, por nombrar algunos, han hecho lo mismo y aún peor: a muchos les han dejado por default la señal solo con doblaje a español, sin acceso siquiera al audio en inglés sin subtítulos, de perdido.
Unos pocos que toman el partido de la compañía creen que el exigir que haya subtítulos es un capricho o necedad, y dicen que quienes protestan deben presentar un argumento innegable y de peso. Yo les tengo uno, pues: los televidentes sordos e hipoacúsicos. Necesitan los subtítulos para tener un nivel aproximado de la experiencia que el programa brinda. He ahí donde se ve la falsedad del argumento de Warner Channel de que están haciéndolo por atender el deseo de un sector poblacional (el de los flojos que no pueden ni leer un par de líneas porque les cansa mucho). ¿El atender a un sector significa que dejen por completo de prestar atención a otro? Y a uno con una discapacidad, en este caso.
Algo más a señalar es que incluso para quienes sabemos inglés los subtítulos son algo que en ocasiones usamos, y queremos tener esa opción. El inglés tiene, como otros idiomas, sus variantes en acentos y tonos únicos. Si veo una serie o película que de pronto tiene a un actor británico o un irlandés hablando, quiero tener a la mano los subtítulos si los llego a ocupar. Incluso actores y actrices de Estados Unidos, se sabe que no es lo mismo el cómo hablan los del norte de dicho país que los del sur, o los multifacéticos acentos de quienes son de Nueva York, por nombrar algunos ejemplos.
Y una cosa: los canales de TV parecen haber olvidado que no nos están haciendo ningún favor. Los que los vemos somos los que les representamos ganancias. La relevancia que llegan a tener sus series, y por ende los anuncios de productos y servicios de sus patrocinadores, son gracias a nosotros. Pero la prepotencia de algunos, siendo Warner Channel de los peores, es evidente. Basta el ver que aún con las protestas escalándose a sus dueños Turner Broadcasting y Time Warner, no han querido hacer caso. El descontento hacia el mencionado canal es evidente, basta con darse una vuelta a la página Ya no somos Warner Channel. Y mientras nosotros acá tenemos esta situación, la gente en E.U. sí tiene habilitados los subtítulos en inglés, español, portugués, y lo que se les llegue a ofrecer.
Muchos se preguntan si el considerar discriminación esto no es quizá exagerado. Y bueno, diría que no lo es en absoluto. El espectro de la discriminación es amplio y lo más presente de ésta es su forma moderada o sutil. Y la visión de las compañías varias sobre el público latinoamericano es claro ejemplo de eso. Basta ver en las películas de Hollywood cómo no se preocupan por reglas gramaticales si hay un diálogo en español o si a quien representan como un latino en verdad logre sonar como tal. Y ni hablemos de lo que el doblaje de España le ha hecho a videojuegos, series de animación, y otras cosas. Eso se volvería tan extenso que merece ser tratado como tema aparte.
Contactar a las compañías de cable para hacerles saber de este problema de poco ha servido. Algunas dicen que sí harán algo, toman el reporte y que será escalado a donde corresponde. Otras no responden siquiera, y falta ver si quienes dicen que están haciendo llegar el reporte están o no diciendo la verdad. Veo poco probable el que dichas compañías pongan presión de su parte como deberían, abogando por el interés de sus clientes. Parece más una indiferencia generalizada donde esperan que toda la gente termine de quejarse y doble las manos y se acostumbren. Pero algo que olvidan, y nosotros los clientes debemos tener presente, es que hoy día hay más opciones que en el pasado. La opción de ver series y películas vía Netflix y otros proveedores está a nuestro alcance. Las compañías de cable deberían tener presente eso antes de seguir con esa falta de acción que tanto les caracteriza.
Cinépolis: "En inglés y subtituladas para las zonas ricas, las dobladas al español a las de gente sin tanto dinero, y se aguantan"
Cinépolis en el Estado de Nuevo León ha hecho cada vez más obvio su prejuicioso parecer respecto a zonas de Monterrey y área metropolitana. Mientras que en sus zonas de gente con más dinero, o lugares "más nice" como dirían algunos, sí exhiben las películas en inglés con subtítulos en su mayoría de salas, las de otros lugares suelen tener varias salas con la película doblada al español, y si acaso una sola con la película en inglés y subtitulada.
Yo mismo les hice saber mi queja, subí lo más que pude encontrando a quien está detrás de Cinépolis. Luego de mucho buscar respuesta suya, al final dieron una respuesta que por desgracia no tengo a la mano ya que fue hace algún tiempo que me contestaron. Pero su mensaje, de una forma muy propia (tan correctos, ellos) lo que decían en esencia era: "Mira, las zonas más jodidas y de menos dinero tienen gente precisamente así: jodida. Y no leen ni dos palabras, por eso se los ponemos así. De todos modos los niños, que muchos llevan con ellos, no pueden seguir el ritmo de los subtítulos".
Tiempo después que comenté esto en redes públicas, dieron la misma respuesta pero diluída. Tanto por mensaje como por otras vías agregaron algo más: "Es que hay un limitado número de rollos, cuando llega una película, y hay que hacer acomodo". ¡Por favor! Para rollo, el que se estaban aventando con semejantes excusas sacadas de la manga. Además, que conveniente que en ese dizque acomodo la mayoría de películas subtituladas van al área de San Pedro Garza García (la zona de más dinero aquí en Nuevo León, para quienes no sean de aquí), y a todos los demás las sobras, cual monarca cruel repartiéndole comida ya podrida a los súbditos pobres. Pues no, señores de Cinépolis. Eso no es correcto, y habla de lo mal que están ustedes.
De lo que mencionaron de excusa al principio, lo que puedo decir es que sí, hay mucha gente floja. Siempre la ha habido. En internet los ves, quejándose no solo de cuando hay un texto algo largo que leer, sino ahora hasta de la longitud de los videos. ¡De los videos! Su corta capacidad de atención y apatía no les permite ya ni lo audiovisual por periodos prolongados. Y aterrizando eso al cine, está la gente que no quiere tener que leer subtítulos. Pero les digo algo: esa misma gente a donde va es a las películas infantiles, a llevar a los pobres que tienen la mala fortuna de ser sus hijos (porque qué mal ejemplo un padre o madre que es flojo hasta para algo tan sencillo como leer una línea de texto a la vez, en una pantalla). Y no son tan asiduos al cine como lo son de otros espectáculos. Usarles de excusa es ridículo.
Somos más quienes queremos las series de TV y películas en su idioma original con subtítulos. Poder apreciar la inflexión de voz, sonidos, y reacciones vocalizadas del actor en pantalla. Poder apreciar las bromas y juegos de palabras que solo en su idioma original tienen sentido, y al convertirse al doblaje en español se echan a perder, y más con la mayoría de quienes doblan para series y películas, con un tono plano, monótono, traduciendo mal términos y cosas, incluso de las más sencillas. El doblaje tiene sus honrosas excepciones, aclaro (como el equipo de doblaje original que trabajó las primeras temporadas de Los Simpson). Pero ellos, los buenos, son la excepción y no la regla. Además de que aún contando con doblajes de primera no sería excusa para quitar idioma original y subtítulos a quien como televidente y cliente lo pide. Y vale más que lo entiendan, ya que para Cinépolis y todo cine que siga esa misma práctica el mensaje es el mismo: acuérdense que no son indispensables ya para ver películas. Después no se pongan tan dignos ante la preferencia de clientes de mejor irse a los proveedores como Netflix para ver películas, y a la piratería para ver estrenos que no estén disponibles de otra manera.
Y es que fíjense qué curioso, señores de Cinépolis, de Warner Channel, y otros que tienen estas prácticas ahora: hasta los piratas, que son delincuentes, saben darle a la gente lo que está acostumbrada a recibir y presentarles plenas opciones, tal como les gusta. Si hasta los piratas saben tratar mejor a los clientes que ustedes, es hora de que ustedes se miren al espejo y se den cuenta de todo lo que están haciendo mal.