Quiero que veas algo con atención, lector. Voy a dejarte un comic, no hecho por mí. Aún si eres de quienes protesta ante textos largos, lo encontrarás fácilmente digerible.
Más aún, lo encontrarás significativo de alguna forma. Me atrevo a creer que incluso si eres de los que parasitan en su vida diaria, en internet, en el mundo mismo quizá... y solo dejan palabras y opiniones sin sentido en varios sitios, te hará reflexionar aunque sea un poco. Con esto me refiero a mis detractores, y a aquellos que defienden los grupos, ideologías, o conductas de los cuales estoy en contra.
Por fortuna, la mayoría de mis lectores y visitantes no son de ese tipo de gente, sino todo lo contrario. ¿Eres uno de ellos, lector? ¿Eres de los que sabe pensar, se detiene a reflexionar, y genuinamente busca ser mejor y hacer lo mejor para otros y para sí mismo? Con mayor razón quiero que veas lo siguiente.
Vivimos en un mundo donde los políticos de partidos y facciones desprovistas de ética mandan. Grupos delictivos hacen lo que quieren, y las áreas de la salud y la seguridad son atendidas a medias. Aquí y en muchos otros países.
Sin embargo, la gente no hace nada. Esperan que otro lo haga. No hay acción decisiva para convertirse en agentes del cambio y aplicar las soluciones radicales que no las dicta un hombre, sino la misma lógica. Pero así es el humano, lo es todo menos lógico y racional, la mayoría de las ocasiones.
Todo esto pasa, y como dije ya, nadie hace nada. Volvemos al "¿Por qué?" Bien, porque los productos, y programas, y eventos, y demás cosas orientadas a entretenernos y brindarnos placer... son quizá el sedante perfecto para un pueblo que debería estar fúrico ante la situación como está.
En vez de continuar yo con la explicación, dejo que Aldous Huxley y George Orwell lo hagan en un comparativo. Y aquí, quien dibuja lo explica de la mejor forma, en uno de sus trabajos en el 2009. Léelo todo, y al terminar espero haya sido de tu agrado o provecho. Te dejo, pues, con "Amusing ourselves to Death", hecho por Stuart McMillen, con base en el libro "Amusing ourselves to Death: A Public Disclosure in the Age of Show Business" de Neil Postman.