Me encontré por enésima vez en mi vida con cierta respuesta peculiar a un comentario mío en redes sociales. Algo que todos han leído o escuchado por lo menos una vez: el clásico "¿y tú en que ayudas a otros o al mundo? ". Por lo general hallarás este tipo de respuestas cuando alguien ha dejado un comentario criticando a la persona famosa o compañía muy conocida, que esos sensibles usuarios idolatran y defienden como si les pertenecieran.
Pero esta vez estoy aquí no para criticar eso, porque está de más y no es tan importante como el tema central aquí: sí, hablemos de cómo ayudar. Aunque entre esos iracundos defensores de gente que ni sabe de su existencia no debe haber muchos predicando con el ejemplo a la hora de hablar de la ayuda al prójimo y el planeta, su cuestionamiento de todos modos es válido. No está de más el detenerse y pensar en qué ayudamos a nuestro entorno y quienes forman parte de él.
Ahora que voy a hablar de las cosas que hago yo al respecto, es inevitable que parezca que lo estoy haciendo para quedar bien, aunque no es así. Así que no crean que esto es para que mejore lo que piensen de mi, ya sea que me conozcan mucho, poco, o nada. Lo que deseo es que otros piensen en hacer el bien en donde están, y se den cuenta que la mayoría de las veces no tienes que andar pensando en países lejanos, niños en otros continentes, o causas caritativas ya prácticamente tomadas por los medios y las celebridades para sacarles jugo a como se pueda. A veces tu vecino, alguien en la calle por la que caminas siempre, o un familiar están ahi esperando que llegues a hacer esa diferencia tan necesaria.
Déjame decirte: si es que valoras la inocencia que es la infancia, en tu ciudad debe haber organizaciones y comunidades para ayudar a niños. Desde lo que le des de alimento o algun otro tipo de ayuda a un niño pidiéndola hasta un trabajo de voluntario en alguna de esas organizaciones, todo cuenta. Lo triste es que no siempre llega la ayuda a los niños que la necesitan, y en el caso de los que piden caridad ya es sabido que muchas veces eso va a parar a manos de los adultos que los están explotando. Pero otras veces les llega, sobre todo cuando el apoyo se los das en especie. No tienes por qué andar viendo en países de otro continente a ver a qué te inscribes para que se note lo genial que eres. Se trata de seres humanos, no de figuras de colección para que se les busque de distinta procedencia, apariencia, o color, creyendo que eso hace mas notoria tu labor por ellos.
No olvidemos a los ancianos y a los enfermos. No siempre tiene que ser un voluntariado para cuidarles, pues cada caso y persona son diferentes y muchas veces sus cuidados son difíciles y a veces pudieran ser incluso riesgosos, para la persona y su cuidador por igual. Pero hacer donaciones en especie de cosas que necesitan y apoyar a recolectarlas de otras personas es algo que es realizable. ¿Y saben qué más? Llamarles. Platicar con ellos un rato y que no se sientan solos. Muchos rehuyen a eso porque es muchas veces inevitable sentir incomodidad, nerviosismo, e incluso miedo al verse en ese espejo y pensar en uno mismo en esa edad o esa condición. Pero bueno, no se trata de convertirse en cuidador o tratante de planta de la persona, sino en poner tu "granito de arena" por ellos, como dice la frase. ¿En mi caso lo llegué a hacer, en lo personal? Puedo decirles que sí. Tal vez no mucho, no lo suficiente, pero lo hice. Y espero lo sigamos haciendo, todos.
Estas y otras cosas que tienen que ver con ayudar a los semejantes en verdadera necesidad, quiero sugerirle a cada uno de quienes lea esto que también lo hagan. Quitarse esa creencia de que con darle compartir a cosas en las redes ya se está haciendo algo por los demás. Es allá afuera en el difícil mundo y vida donde se debe hacer. Y no hacerlo pensando que eso nos va sumando puntos con Dios o con la gente que nos ve, sino hacerlo tan solo porque es lo correcto por hacer, y punto. Porque en una vida cuyo sentido no hemos podido descubrir, donde algunos creen que ese sentido se adquiere teniendo más cosas, coleccionando victorias y trofeos de algo, o logrando ser más famoso y reconocido que otros, una de las cosas que está por encima de eso y donde puedes sentir que estás cambiando la historia, las probabilidades, al mundo mismo, es el dar de forma desinteresada; el ayudar a quien en serio lo necesita. Y no solo a niños, ancianos, y enfermos; sino en general a quien llegue a estar en necesidad de un apoyo que podamos nosotros brindarle: a conseguir un trabajo si es que perdieron el suyo, por ejemplo. O tan solo brindarles un oído comprensivo y atento cuando lo unico que necesiten sea ser escuchados.
En cuanto a cambiar al mundo, podemos evitar volvernos como esos insufribles predicadores o supuestos activistas o moralistas, entre los cuales hay tanto personas comunes como también un pequeño porcentaje conformado por celebridades, que se la pasan hable y hable del tema hasta donde no deberían y en momentos y situaciones donde de plano no iba ni al caso. Esos que se vuelven insufribles y no saben cuándo parar o bajarle unas cuantas rayas a su intensidad. Podemos trazar una línea y no ser asi, y a la vez tener bien presente el no contaminar, usar opciones ecológicas cuando estén a la mano, y en resumidas cuentas: hacer las cosas bien. Ser mejor con los demás y con el planeta mismo, que a fin de cuentas es nuestro único hogar.
Pero ya lo sé, lo tengo claro: no soy quien para decirle a ninguno de quienes esto leen que hacer con su vida, su tiempo libre, y/o su forma de pensar. Ya bastante de esos hay en el entorno político y social, queriéndose convertir en autoridades que dictan lo que nos debe gustar y lo que no, lo que debe prohibirse según sus sensibilidades y pensamientos falaces, y cuanta cosa más. En este caso, lo mío es una sugerencia, invitación, o como quieran decirle: en tiempos posteriores a un evento mundial relativo a la salud que ha marcado la historia con un Antes y Después De, la solidaridad y empatía se necesitan más que nunca actuando de forma activa en la mente de todas las personas. Pero no solo por eso, sino otras varias cosas que dejan en claro que en nosotros está si el futuro inmediato y lejano llegan a ser prometedores o si por el contrario serán sombríos.
Con esto les dejo por ahora, agradeciendo se hayan tomado el tiempo para leer, y esperando que entre los tantos eventos tristes y/o difíciles, tengan también aquellos placenteros y buenos, todos los que se puedan. Buenos deseos para todos por igual, en serio. De pronto la vida misma te deja claro que hay dos categorías: quienes están bien, y quienes no lo están. Si algo tan crudo y fuerte no es suficiente para que uno entienda que la buena voluntad y ayuda activa de parte de uno son necesarias, quién sabe qué más se necesite para por fin entenderlo. Todos en este mundo somos una fuerza de cambio; que sea para bien.