Déjenme contarles una historia. La historia de la última relación formal que tuve y que me convenció de no volver a tener nada que no fuera informal y casual. Una experiencia que me dejó una lección dolorosa pero útil a su vez, y que a todo mundo le haría bien aprender.
El lugar: Monterrey, Nuevo León, México. Año: 2014. Recibí un día un mensaje por Facebook de una chica a quien llamaré "R", quien dijo ser lectora de lo que publicaba en mis redes, y que le gustaba y le hacía reír lo que compartía. Nos caímos bien desde un inicio; pronto estábamos ya bromeando y contándonos cosas personales, y así pasaron semanas. Me dijo que era de mi misma ciudad y que por los últimos dos años se había mudado a otro estado porque se había casado, pero que estaba ya separándose y en un par de meses regresaría a Monterrey. En ese momento no presté atención a esas señales porque a "R" la veía aún solo como una amistad reciente conocida en línea. A mi parecer era una persona agradable a quien había tenido el gusto de conocer por ese medio, y no sabía si seguiríamos hablando solo por ahí o no.
"R" era una chica interesante. Además de ser muy guapa, era inteligente y dedicada a su carrera. Tenía ya un posgrado y planeaba llegar a estudiar un doctorado. Desde más joven la habían identificado como dotada mediante pruebas psicométricas, y eso se notaba en que podía hablar de casi cualquier tema, o empezar a familiarizarse con alguno que todavía no conociera. Hasta ahí las cosas estaban muy bien, pero había una contraparte, un lado opuesto en su persona. Me da pena admitir que, aún siendo yo psicólogo titulado, tardé en darme cuenta o elegí no prestar atención a ciertos indicadores que ahí estaban a la vista, los cuales eran los siguientes: una tendencia a mentir o a sobredimensionar las cosas para lograr control, la creencia de que el atractivo físico debe usarse como instrumento de poder, y la última y más alarmante: falta de consideración y empatía por otros. No voy a empezar a lanzar diagnósticos aquí, porque no sería responsable, pero que baste decir que la gente que tiene esas características representa un riesgo para cualquiera que se mantenga cerca de ellos y les tenga confianza.
Cuando me avisó que se mudaba de regreso a la ciudad como ya me había dicho desde el primer día que hablamos, me alegró el poder verla en persona al fin y quedamos de vernos en una plaza comercial. No habíamos decidido aún si solo sería el punto de reunión y de ahí nos iríamos a otro lado, pero debido a que empezó a llover ya cuando ambos habíamos llegado, ahí nos quedamos un buen rato y cenamos ahí mismo. Ahora que lo pienso, veo que me precipité en enamorarme, pero a la vez ella había dicho sentir algo por mí. Al día de hoy sé que ella ha negado incluso haber tenido un noviazgo formal conmigo, pero no es algo que yo me inventara de la nada. Cuando surgió la conocida plática del "¿Qué somos tú y yo?", tanto uno como otro dijimos que estábamos juntos en una relación en serio. Para entonces ya estaba separada y con el proceso de divorcio en curso, mismo que no tuvo trabas puesto que el ahora ex-esposo cooperó en acelerarlo y no había hijos de por medio. Era difícil cotejar todo ese asunto con la persona de "R", dado que era joven y su personalidad relajada no daba paso a la idea de que se tratara de alguien antes casada y ahora ya divorciándose. Ella lo justificaba diciendo que fue una época soñadora y que siguió un impulso en aquél entonces: irse a otro estado a casarse con alguien que conoció en línea. De haber tenido la mente despejada, me habría dado cuenta en ese momento que esa era otra señal a la cual prestarle atención, y que lo nuestro bien quedaba categorizado dentro de esos impulsos de los que ella hablaba. Pero mi juicio estaba nublado, y seguí queriéndola igual.
Hubo muchos momentos buenos, de todo tipo. Pero como ya sabemos, en las relaciones personales lo bueno no cancela lo malo, y las cosas malas o preocupantes empezaron a mostrarse. Cambió su plan de hacer su doctorado para posiblemente irse a Europa a hacerlo, y cuando hablaba de sus metas y cosas relacionadas a estudio y trabajo, se notaba que no me tenía contemplado en absoluto. Después me enteré que su grupo de amigos, donde había en su mayoría hombres, dos de ellos eran ex-novios suyos y seguía tratándolos. Yo tengo mi propia experiencia en grupos disfuncionales de amigos y conozco ya la gran mayoría de dramas en ellos, y sé lo que es el tener a gente que antes era pareja en uno y ver cómo se llevan a espaldas de sus nuevas parejas. Para ella era fastidioso y hasta insultante que tuviera yo inconveniente con lo de sus planes de mudarse a otro continente, o lo de sus ex-novios de los que no me había contado antes. Yo era el inseguro, por supuesto. Quiso hacerme la táctica de devolvérmela diciendo que yo "babeaba" por su mejor amiga: "L". Aquí aclaro que sí, su amiga "L" es de las mujeres más atractivas que uno pudiera toparse, una chica rocker a su vez muy femenina y de personalidad llamativa. Según ella, podía también molestarse por el hecho de que se me hiciera atractiva su amiga a la cual solo había visto por fotos, y eso era igual en intensidad a lo que ella hacía. Y por supuesto, ahí estaba la famosa frase dicha por tantas, escuchada hasta el cansancio por tantos: "Nada que ver, son solo mis amigos". A eso se agregaron otras cosas que si me pongo a contar todas, terminaría escribiendo un libro. Pero en resumen se trataba de relatos de manipulación, burla, y desconsideración de ella hacia otras personas.
Cuando estos detalles fueron ya demasiado, sobre todo el no aclarar lo de sus planes de irse a estudiar a otro lado, di por terminadas las cosas y dejamos de hablar. Al final ni se fue, sino que entró a estudiar su doctorado y a trabajar aquí mismo. Ahí es cuando cometí una imprudencia: la extrañé y la busqué. A su casa primero, pasando por mensajes en redes sociales, hasta que una vez que andaba haciendo otras cosas, incluyendo el ver a un amigo de paso, estaba cerca del lugar de trabajo de "R" y caminando por ahí, nos topamos. La reacción que tuvo fue una más de sus exageraciones manipuladoras: empezó a gritar, diciendo "¿Qué haces aquí? ¡Esto es acoso!" para que todo aquel pasando por esa calle y dentro de las casas y negocios de por ahí le escuchara. Quiero aclarar que aparte de dejarle mensaje fue solo la visita a su casa y ese encuentro ahí en la calle de su lugar de trabajo, sin más intentos de búsqueda ni gran cantidad de mensajes. Su acusación estaba por completo fuera de lugar, una más de sus exageraciones. Se fue, y yo me fui por otro camino luego de esperar un rato, no sea que me la fuera a encontrar en el camino.
Pero si creía que ahí iban a quedar las cosas, gran error. En la noche llegaron a tocar a mi casa. Cuando salgo, era "R" con cuatro de los de su grupo de amigos. Uno de los ex-novios estaba entre ellos, y empezó a gritarme ridiculeces estilo "venimos a defender a "R" de ti, no creas que está sola", para luego decir de muchas formas que me iban a joder y amenazas contra mi de todo tipo. Con ellos venía el nuevo novio de "R", un simplón que en vez de causarme algún mal sentimiento, sentí pena genuina por él. El pobre luego abrió la boca para decir lo más ridículo que se le hubiera ocurrido decir: "¡Quiero que dejes en paz a mi prometida! ¡Es mi prometida!", jajaja. Nunca deja de hacerme reír el recordar eso en particular. (Spoiler: no, no se casó con ella, y el que vino después de él tampoco). Ahora me río, pero en ese momento me dio mucha tristeza y enojo. Acusaciones falsas, noviazgo con alguien mal de la cabeza, gente manipulable yendo a protestar a la puerta de mi casa, ya podía yo sentirme rockstar o celebridad. La miré y le dije que no se preocupara, que no volvería a intentar que regresara conmigo. Eso lo cumplí, aunque sí hubo un par de mensajes que envié después desahogando la frustración que me dio y el saber que aunque tendría que disculparse por lo que hizo, una persona de ese perfil y esos rasgos no cree en el pedir perdón o admitir el error o la mala acción, y no conoce la vergüenza. Vino después una época de seguir recibiendo amenazas en línea de parte de esa gente con quien se juntaba y también algunas llamadas, junto con calumnias hablando de mí aquí y allá, hasta que al final se cansaron y dejaron de hacerlo.
Cuando me han preguntado si la odio o le guardo rencor, puedo decir que no. Tampoco caigo en la hipocresía de tanta gente que se pone a decir que le desean bien a quienes les hicieron daño. Lo que pienso es que le vaya en su vida como le tenga que ir, y punto. Yo seguí adelante, con la lección bien aprendida.
Sé lo difícil que fue todo ese proceso, que si bien no podemos decir que fue a tiempo que te diste cuenta de como era esa tipa (ya que te habías desnudado todito) fue y será una lección muy importante en tu vida. A partir de esa experiencia podrás replantear todo aquello que quieres dar y recibir de alguien y si bien no estas exento del dolor, lo podrás manejar de una mejor manera.
ResponderBorrarReiterando mi sincera amistad y esperando que tu sentido arácnido pueda detectarlas a tiempo para no volver a verte así ;)
Saludos!!!
Molto grazie. (abrazo)
BorrarEs extraño como personas que una misma califica de inteligentes y racionales, dan unos cambios de personalidad y muestran sus mañas en situaciones de crisis.
ResponderBorrarUn abrazo...
Reverendo, muchos hemos pasado por eso, me incluyo, y duele, duele harto, pero es la forma en que la vida te enseña, a puño limpio. Ánimo que el mundo no es tan pequeño como se cree y te puedes llevar sorpresas agradables cuando menos te lo esperes. De esa X ni hablar. Polvo al polvo. Saludos Reverendo.
BorrarSopas, hasta con posibles golpeadores tocando a tu puerta...
ResponderBorrarHola Alexander, mucho gusto por cierto. (*siempre suelo ir a leer el primer post, pero esta vez no pude, y me leí directo el link que compartiste en G+*)
ResponderBorrarQue complicada la cosa, al terminar relaciones creo que en cierta forma conocemos cierto lado de nuestras ex-parejas que nunca pensamos conocer... bien me lo dijo un centenar de veces mi padre "Nunca terminamos de conocer a la gente", y es así, creo que solo he tenido un gran LÍO al terminar una relación, una serie de momentos incómodos que por querer ser "racional" me los gane. Pero lo tuyo es realmente "doloroso", de todas maneras según lo que escribes, no la odias?, creo que es lo que siempre deberia pasar, "NO ODIAR A QUIEN AMASTE ALGUNA VEZ", incluso después de que te haya hecho las peores bajezas, creo que al odiar simplemente nos aferramos a "sentir" algo por alguien por quien no deberíamos sentir nada. Aunque para muchas personas es mejor "ser odiado" a ser ignorado... en fin, mucho gusto! nos estaremos leyendo.
Abrazo.
Marie.
Querido Alex, yo tambien lo he hecho... y a veces es positivo porque muchas personas te escriben en privado y te cuentan su opinion.
ResponderBorrarYo recuerdo uno de tus post y siempre me has hecho reflexionar mucho.
un abrazo
ps: son meses que logro hacer uno solo de post en tres idiomas... el cansancio y la falta de tiempo
Maggie Dallospedale Fashion diary - Fashion blog
Me aventé toda la historia completa y me quedé pensando seriamente que hay personas demasiado patológicas ahí afuera (con esta ya van cinco en mi lista, todas por amigos y conocidos). En fin, considero que siempre es bueno exponer lo que llevamos dentro ya sea para hacer catarsis o para ver post atrás y recordar con alegría o con un "Qué pendejo/a estaba entonces..."
ResponderBorrarAnyway, me hiciste recordar las sabias palabras de mi Psiquiatra cuando comencé mi más reciente relación: "El amor, aunque es cosa de dos personas, nunca es equitativo. Nadie puede ni debe dar el 100% de sí mismo a la otra persona y al mismo tiempo, él o ella no nos otorgarán el mismo porcentaje, porque dicho así sería irreal, algo que solamente pasa en las canciones y películas..." O algo así, por ahí iba la idea. Y coincido con Mariela, a pesar del lío que es terminar una relación, odiar a quien nos hizo mucho daño es aferrarse a una idea que no debería estar ahí. Y de nuevo citando al Psych "Hasta el no sentir algo por nadie, es una mentira, porque sí sentimos algo... Se llama indiferencia..."
¡Saludos!
.-.
ResponderBorrarSiempre te he admirado, al escribir sobre todo, eres alguien a quien se puede seguir los pasos, pero también me he visto en un espejo más de una vez al leerte, no dejo de hacerlo, pero sí de comentar eso es evidente. En particular esta publicación me hizo de darme cuenta de algo, a veces me cuesta leerte por lo que decía al principio, es verme en un espejo, y de una u otra forma el no dejarte un comentario puede ser ese intento de mantener distancia en algo que no es posible.
ResponderBorrarLa vida es todo un camino, uno peculiar. Ojalá lleguen personas mejores.
Saludos!!
Les pondré mi caso:
ResponderBorrarComencé a salir con una chica que me había gustado desde un año atrás, cuando por fin me aceptó una salida saltaron chispas y todo iba viento en popa, lo malo es que de repente 3 veces me canceló y 3 veces tuve que terapearme para no sentir dolor, en la tercera, reflexioné y lo primero que me vino a la mente es que no puedo poner en manos de otras personas mi felicidad, cosas que vengo comentando en el blog desde que lo inicié, la otra cosa que pensé es que se resume a que al final sea cual sea el motivo, no soy tan importante para ella. Así que no importa lo que piense o lo que diga, al final todo se resume en que esa personas no se siente atraída por mi y por ello no muestra interés, aunque quizá al principio sí, hoy no. Ese es el punto. Podría romperme la cabeza pensando los motivos, o pensando en qué va a pasar, puesto que lo obvio es que no le importo, y si estás en una situación similar, hay que tomar aire, ser fuertes, porque no importa el tiempo: va a doler. Quizá poco, quizá mucho, pero lo importante es saber que nos volveremos a levantar y no permitiremos que nadie se lleve nuestra sonrisa, no permitiremos que alguien más controle nuestras emociones. Mario Luna, gurú de las interacciones sociales dice que debemos ser la mejor versión de nosotros mismo y así debe ser. Esto nos vacuna contra situaciones como estas, que aunque desagradable, siempre estarán presentes en nuestra vida. Además antes que todo si vamos a ser importantes para alguien, que mejor que esa persona seamos nosotros mismos.
La manera de aceptar una ruptura amorosa, puede ser pensando que todo se acabo y que tu ex pareja termino contigo, o ver el vaso medio lleno y saber que solo acabo la relación, nada mas termino en tu vida, el resto continua igual, al contrario cerrar un ciclo afectivo siempre será el comienzo de uno nuevo.
ResponderBorrarLos errores son el pan de cada día, vivimos y aprendemos de ellos, juzgar otra persona por cometerlos es tan injusto, como sentarse al estrado con bata y martillo de juez, para golpear fuerte cada vez que queremos imponer nuestra razón, es como pretender examinar la evidencia sin tener en cuenta la defensa y faltar al equilibrio en nuestra decisión.
Al no valorar objetivamente nuestros errores, solo estamos posando de verdugos para condenar, y de victimas para cubrir con un manto de humo que toda relación comienza y termina por la forma como dos personas interactúan dentro de ella, el odio a mi ex pareja es consecuencia del resultado emocional de creer y desear que la relación fuera para siempre.
Con esto no quiero justificar los errores que él o ella cometieron y que ahora te causan tanto dolor y desesperanza al no saber cómo curar un corazón roto. Lo que busco es que habrás los ojos y veas que la guerra del odio es solitaria y traicionera, el único vencedor será el rencor y todo lo oscuro que dentro de él se esconde, la derrota solo será un plato lleno de angustia y depresión que será servido para ti diariamente, y tu ex, ten por seguro que ni se enterara.