Hay que reconocerlo: en todos nosotros hay un cierto nivel de indiscreción o imprudencia, alto o bajo. A veces estás distraído porque te consume el montón de cosas fastidiosas y/o horribles de esta vida y no puedes evitar decir o hacer algo que debías evitar. O puede que al calor del momento, por ejemplo enmedio de la plática en una fiesta, tu lengua se suelta y vas y cometes tremenda estupidez. Peor aún: la mayoría de esos errores terminan incomodando (o de plano jodiendo) a otra persona. Bueno fuera que quien sale con la indiscreción se jodiera a si mismo, pero no.
Como dije, se entiende que hay un cierto nivel de esto en cada uno y a veces se cometen errores sin intención. Pero otras veces te topas con gente que lo hace de manera continua, y saben que hacen daño. Y aún así, ves que no hacen nada en absoluto por corregir eso, y algunas veces hasta lo toman ya como una gracia, el ser así. Esto hace que mas de uno piense que lo están haciendo adrede. Ah, pero aún así, siguen visitando o teniendo trato con ese familiar o amigo peculiar que saben que no tiene filtro. Y de esa manera terminan volviéndose parte del problema. Si no cortas la parte que está podrida, no te quejes del olor y la posterior podredumbre que te llegues a topar. Coherencia, por favor.
Y si tratara de nombrar a todos los tipos de gente así, se me pasarían muchos, sobre todo porque (por fortuna) no me he topado con todos ellos. Pero sí quiero compartirles aquellos que he visto en acción, cagándola ya sea en algo sobre mi o sobre alguna otra pobre víctima que ahí estaba. Estos son algunos de ellos:
El que sale con indiscreciones tuyas frente a tu pareja, o sobre quien aún te duele
Comenzamos con ese tipo de personita que de ley todos conocen, si no en sus propias vidas por lo menos en las de los demás. De hecho en la serie Friends, una serie que es de mis favoritas de todos los tiempos, pero que también critiqué alguna vez por sus puntos malos, viene el arquetipo de ese odioso ser personificado en Phoebe. Siempre con sus comentarios fuera de lugar donde la pareja de alguien se iba a terminar enojando.
Por supuesto que solo la gente que vio la serie recordará eso, pero dejándola de lado y siguiendo con el tema en si, la persona imprudente de la que estoy hablando siempre va a salir con cosas del tipo "Oye, ¿y sabías que me topé a tu ex y bla bla bla?" en presencia de la pareja actual. O va más allá, como recordando viajes, eventos, y cosas que viviste con tu ex, mientras que aprietas los dientes y abres los ojos como si te estuviera dando un ataque epiléptico intentando que se calle.
Ah, y ni se te ocurra permitir que esa persona sepa cosas actuales tuyas que harían que tu pareja empiece a fastidiar. Por ejemplo, si tienes a alguien que es tu pretendiente en la escuela o el trabajo (aunque no le hagas caso y no estés siendo infiel ni nada por el estilo). Si esa personita idiota indiscreta lo sabe, "se le va a salir" la próxima vez que los vea a ti y a tu pareja juntos. Varias veces es alguien con intención de causarte problemas y hasta que te separes de con quien andas, pero otras en realidad no obtiene ningún beneficio, y lo hace tan solo por causar el daño.
Esta persona no se limita a sabotearte cuando traes pareja, o cuando ésta te acompaña. Porque también tiene otra forma particular de fastidiar: mencionándote a tu ex cuando sabe bien que aun le extrañas, o que te duele recordarle. O incluso preguntarte si no has sabido de el/ella o si se han topado de nuevo desde la separación (como si le importara).
El que te intenta comprometer o joder en el trabajo
A ese los que somos solteros y sin hijos lo identificamos a la perfección. Si alguna vieja de la oficina está pidiendo cambio de turno o día libre por alguna cosa relacionada a sus dramas familiares, casi todos derivados de esos hijos que uno no le obligó a que tuviera, anda cazando a ver a quién se chinga. Y bueno, el indiscreto será o algún compañero de trabajo o el jefe mismo. Así sin agua va salen con: "Oye, este cabrón no tiene hijos y tiene libre ese día, te lo puede cambiar", y ahí viene la monigota haciendo su jeta de sufrida hasta tu lugar, queriendo hacer que te sientas culpable. Y todavía el idiota que te está queriendo comprometer remata con un "¿Sí se lo puedes cambiar, no? Ándale".
Yo una vez tuve una discusión fuerte así en un trabajo, con el jefe y una compañera que estaba embarazada. Ni me acuerdo por qué motivo tenía que faltar o cambiar turno, pero no tenía que ver con el embarazo ni una cuestión urgente o siquiera de alguna cita médica o algún trámite importante. Era una necedad. Y luego de hacernos de palabras y que me mandara llamar el jefe aparte, le tuve que decir al cabrón tal cual: lo que ella quiere no es por una urgencia médica o la muerte de alguien, y no porque ella tenga hijos y yo no tiene que darle preferencia. Yo también necesito tiempo libre, también salgo a divertirme, también duermo, como, y cojo. A veces poco en dos de tres de esas, pero lo hago, y necesito mi tiempo para hacerlo. Al final alguien más le hizo el cambio, y acabé siendo el mal visto ahí, por supuesto. Pero bueno, no es la primera vez que he acabado en malos términos en un trabajo, y si era algo en lo que tenía la razón, no tenía por qué doblar las manos.
El que quiere sacar el tema de tus finanzas e historial académico o de empleo en público
No me alcanza el idioma, y pudiera saberme todos los otros idiomas del mundo y hasta las lenguas muertas, y créanme que no tendría palabras ni el sánscrito, latín, o hasta sumerio para expresarles cuánto odio a esas personas. Se los digo sin empacho: cuando salen con su estupidez malintencionada, porque con ellos sí es con mala intención el 100% de las veces.
A ver si no les suena familiar esta escena: estás en la reunión de generación de lo que sea: secundaria, preparatoria, carrera. Y alguien, que nunca fue íntima amistad tuya, de volada empieza a preguntarte: "Oye, ¿y dónde estás trabajando?" seguido de un "¿Y qué tal pagan ahí, que prestaciones tienen? Porque he escuchado que bla bla bla". Es que en serio, qué carajos le va a importar si gano una montaña de dinero o si en realidad estoy en un empleo donde me están pagando con cacahuates (ya me auto-madreé y me dije elefante solo). ¿Me va a hacer mi declaración de impuestos, va a hacerme una oferta de otro lugar y puesto con una paga mucho mejor, o me va a proponer que robemos un banco, ya que estamos igual de pobres? Pues no.
La ausencia de sentido de esas preguntas son equivalentes a la carga de mala intención que tiene el que las hace. Lo que quieren esos que te preguntan dónde trabajas, o qué estás estudiando (cuando eres muy joven), y cosas así, es hacerte tambalear, que te sientas menos frente a ellos u otros, y que sientas que acaban de forzarte a un juego de comparaciones en donde eres el que sale perdiendo. He tenido que lidiar con este tipo de personas de lengua suelta, y suelen ser una combinación de lo que acabo de mencionar con aquellas que comenté antes que te preguntan sobre tus ex o te las recuerdan adrede.
Los que te preguntan, o hasta discuten en público, sobre tu salud
En temas de salud, como vengo de familia de médicos y enfermeras, no soy tan privado como otra gente. De pronto puedo hablar de cosas mías entre un grupo de personas de manera natural porque me acostumbré a oir esas pláticas entre mi familia. Pero sé que mientras que algunos comentamos sin problema de cuándo fuimos al doctor, que en tal día fuimos a algún estudio y demás, para otros es un asunto que quieren manejar de manera más discreta. Ah, y no crean que por ser yo así de abierto no tengo limites. Por supuesto que hay ciertas cosas que no quiero que se hablen de mi con cualquiera o en todos los lugares.
Pues aqui es donde hace su entrada triunfal el imbécil que de pronto menciona tu diagnóstico o tu problema por el que tuviste que ir a consultar, en alguna reunión familiar o de amigos. Algunos fingen estar intentando ser discretos, ya saben: "Oye, ¿fuiste ya a... ya sabes?", para que de inmediato los demás presentes estén preguntando de qué se trata. U otros que de plano no le disimulan ni tantito: "¿Sí se te quitaron ya los hongos con la crema?, ¿Sigues teniendo los síntomas aquellos? (porque vi en la tele que pudiera ser tal cosa), ¿Se te quitó lo del estómago que traías?, etc".
Y para el que quiera defender a esta gente diciendo que tal vez están preocupados por ti: es distinto que te pregunten de forma simple si te sentiste mejor o si ya andas bien, a que digan tu padecimiento o problema en específico en un lugar donde otros lo oyen. Ah, y a veces algunos de estos se justifican a si mismos diciendo "Pues qué tiene, todos somos humanos, todo mundo se enferma o le da algo". Pues sí idiota, pero el concepto de privacidad existe por algo. Todos hacemos caca, y no por eso quiero que anden hablando de la mía o contando de cómo huele o mostrando fotos o dando datos de su consistencia y frecuencia. Así igual con las demás cosas. No es tan difícil de entender.
...
Esos son apenas algunos, porque como dije, hay demasiados y no me ha tocado vivir todos los escenarios posibles, obvio. Pero con los que me ha tocado lidiar es suficiente. Lo que me queda por sugerirte, lector, es que si te topas a alguno de esos, no les tengas consideración. Poner distancia es lo mejor posible. Porque no van a cambiar, no valorarán la tolerancia que les has tenido al paso de los años, y créeme: eres tú el que pierde.
27 feb 2020
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Sabia es la vida que sabe que es mejor arriba que abajo. Arriba nos puso la boca y abajo el ano. Aunque se de mucha gente que tiene doble ano.
ResponderBorrarYuritz
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
BorrarMenudo repaso sociológico nos haces. Parece que en todas partes se comportan igual. Personas tóxicas que andan amargando la vida para hacerse notar y parecer que lo saben todo de todos.
ResponderBorrarMejor tenerlos bien lejos.
Un saludo.
Te leo y aparecen recuerdos que tenía dormidos.
ResponderBorrarAl final comprendí que lo mejor era el aislamiento.
Los humanos no somos de fiar.
Me quedo y suscribo, íntegramente, el contenido de tu último párrafo, Alexander.
ResponderBorrarExtensamente expuesto, la cuestión del odio es, a veces, imperceptible al tacto pero se sabe que existe, se crea y, muy pocas veces, se destruye.
Un abrazo.
Yo me he topado con varios de los que nombras. Son unos tristes y amargados, que viajan por la vida intentando marchitar la vida de otros. "Habelos,hailos", como se diría en mi tierra.
ResponderBorrarMe ha gustado tu repaso a la gente "bocazas" que hace daño con sus frases o preguntas fuera de lugar.
ResponderBorrarUn beso discreto.
Hola Alexander!
ResponderBorrarInteresante el post. Bueno el repaso que haces de todos esos perfiles, se me ocurren algunos mas...jeje
Saludos!
Buena lista, que comparto y ampliaría bastante jajajaja
ResponderBorrarLos incomodos, que traen mala leche, y son asi, no por imprudencia, sino que fluyen , con su estupida vehemencia
ResponderBorrarcaray me ha pasado que me preocupo por la salud de mis amigos, al punto de involucrarme bastante, pero bueno me lo han agradecido y me han entendido que no lo hago por joder sino que me preocupo por los que quiero.
ResponderBorrarAh claro. Pero estoy seguro que tú sabes cómo y cuándo preguntarles de su salud, y no en público de manera indiscreta y valemadrista. Esa es la diferencia.
BorrarBuena tu recomendación final.
ResponderBorrarHay muchos que disfrutan fastidiando al prójimo, tenerlos lejos es lo más adecuado aunque no siempre se puede.
Saludos
Didáctica recomendación final. Hay gente con lala uva en todas partes, como dice nuestra amiga Conxita es conveniente tenerlos tan lejos que no se vean...y antes, frenarlos, eso sí, con toda educación pero hacerlo, en mi opinión.
ResponderBorrarGracias por tu visita y comentar en mi blog.
Saludos.