Recordando una pesadilla que tuve
Hubo una vez en que, haciendo cosas que no diré, cai inconsciente de pronto sobre el frio piso de mi cuarto. La puerta cerrada con seguro, las cortinas recorridas, y por luz unas cuantas velas encendidas. Haciendo graciosos sonidos, tronando como una pequeña tempestad.
En mi sueño, pude ver bailar esas mismas llamas. Coquetamente, tomaban la forma de llamativas mujeres, con dos hoyos tomando el lugar de ojos en su rostro y nada mas. Y esas que eran criaturas en verdad ardientes me hablaban a lo lejos, riendose e invitandome a seguirlas. Sintiendome intrigado por aquellas llameantes figuras, me senti desprender. Hice un esfuerzo, fue como un salto, y tan rapido como uno parpadea, tan inmediato como una vida se extingue, pase hacia otro plano donde habia un inmenso y verde valle.
Flotaba yo sobre este paraiso, y veia un esplendoroso bosque y magnificas montañas. Un dolor en mi espalda fue el anuncio de un prodigio, ya que subitamente brotaron dos increibles alas detras de mi. Bati esas dos maravillas con fuerza, como si fueran extremidades ya conocidas y que jamas se hubieran ido. Volaron entonces las llamas humanoides, y con su voz al unisono, repetian constantemente: "Ven".
¿Ir a donde? - me preguntaba. Si en realidad ese camino, con las cosas fantasticas que se me mostraba, no era distinto que el de la vida misma: confuso, sin un destino claro. No obstante, podia mas la curiosidad que cualquier instinto de conservacion. Y vole por encima de las nubes, cuando vi a mis guias ascender en su camino hacia lo que parecia ser una negra nube, que hacia un notable contraste con las demas de color blanco que habia, donde quiera que quisiera voltear.
Cuando estabamos mas cerca, note que no era una nube, sino una gigantesca esfera oscura. Senti miedo, quise retroceder. Y es entonces cuando vi que no era yo quien se movia. Eran las alas las que me habian llevado todo el tiempo. ¡Que necio e imbecil! Cuando mas dominante del mundo y de sus alturas me sentia, es cuando mas me aproximaba a ser un titere de una fuerza que ni reconocia. Cuando me resisti, era yo un soplo cualquiera comparandose al golpe de un huracan. Lance golpes, gire la cabeza en señal de negacion sin parar, como un ridiculo metronomo que se mecia mientras escuchaba las risas tanto de mis guias como de otros mas a quienes no me atrevia a mirar.
Me habian retirado la ropa. Me habia sujetado del cabello un horrendo engendro, que de esa manera me levanto en vilo y me aproximo a la que probablemente era la mas aterradora y asquerosa sonrisa que jamas haya visto en un ser vivo. Y entonces comenzaron: un latigazo. Dos. Tres. Y la cuenta siguio mientras que, al intentar gritar, con mi propia saliva me ahogaba y tosia, con la vista ya nublada por las lagrimas.
Enmedio del dolor pude distinguir como era el arma con la que mis secuestradores me lastimaban. De ninguna manera era un latigo comun. ¡Oh no, señor! Habria querido que asi fuera. Habria besado las manos del que lo cambiara por uno comun. Esta arma horrenda estaba en llamas, y jamas se consumian. Y cada caricia de esa castigadora lengua de fuego era peor que la suma de todos mis dolores en la Tierra. Cada toque era una flagelacion acompañada con la sensacion de aceite hirviendo, cayendo de golpe sobre mi.
Fue entonces cuando le grite a Dios. No le pedi perdon, no rece. Solo le dije que me permitiera morir. Que si a otros les ofrecia salvacion, que a mi me otorgara el alivio de la inexistencia. Mas risas, mas azotes, y crecia a la par mi desesperacion, en ese coro de tortura y de humillacion.
- ¿Que me van a hacer? - grite en cuanto pude - ¡Váyanse a la mierda, putos! ¡Todos!
Abri los ojos. Solo algunas de las velas seguian encendidas. Me dolia el cuerpo, y me tambalee al levantarme. Recogí el desorden, preguntandome si en algun otro momento me atreveria a hacerlo otra vez.
Wow, que sueño, casi creo moriste unos instantes. Saludos.
ResponderBorrarVaya...
ResponderBorrar"El alivio de la inexistencia"..no ser, no sentir, no sufrir..no recordar..
ah..los sue~os..siempre tienen algo de realidad..
un saludo..
Que bueno que solo fue un sueño, pero Rev. Alexander ¿Lo disfruto?
ResponderBorrarla verdad ahora si me asusto!!!