No sé si ahora sea visto como una mejor persona de lo que fui antes, lo que puedo decir es que no me siento ya un accesorio que sentía la obligación de comportarse correctito bajo amenaza de perder lo que en ese momento tenía. Y es que llegué en esos días a lo que muchas veces critiqué en otros: sacrificar mi libre albedrío por agradar a otros y evitar que la gente murmurara que Alexander es un imbécil, ya sea porque no se le asocia ya con determinada persona, o por haber perdido determinado trabajo o status. A los dioses gracias, no es así. Y si bien puedo irme deslizando por el feliz tobogán del nihilismo, también es verdad que al perder esa montaña de sueños y esperanzas he logrado ser libre, en cierta extraña forma.
Y por supuesto, no es secreto para nadie que alguna vez me haya leído en éstos meses, que fui y sigo siendo alguien en estado de perpetua depresión, con algunos momentos especiales que asemejan el respiro que daban los pecadores saliendo de la terrible laguna al no ser vistos por los demonios, en la obra más genial de Dante. Y es que cuando muchos te dan la espalda y no te procuran bienestar, más te vale idear pronto la forma de procurártelo tú mismo, sea con una terapia, una borrachera, una sesión de sexo o una salida/evento. O tal vez una combinación de dos de éstos, o más. Por mi parte, puedo decir que en parte por mi esfuerzo y por otra el gran apoyo recibido de las personas ya mencionadas, no me angustia ya el hecho de ser juzgado por tal o cual sector de gente con quien traté alguna vez, y mucho menos el sombrío futuro que sin duda me espera. Y puede ser un pensamiento ya de abandono autodestructivo, pero me regodeo en la libertad mientras corro a abrazar a ese monigote cubierto de filosas púas que es mi futuro lejano.
En cortas palabras, he ahí lo que ha zurcado por mi mente hoy. Pensaba hablar del asesinato no resuelto de Marcelo Garza y Garza aquí en Nuevo León hace ya un año, el aumento al precio de la gasolina, el futuro Grito de Independencia que dará el Presidente Felipe Calderón en el Zócalo la próxima semana, o el mensaje que dará Al-Qaeda para EU en éste siguiente aniversario de los atentados del 11 de septiembre, pero llega un momento en que si la ruleta que es el mundo da vueltas demasiado aprisa, es momento de hacerse a un lado y mejor darle tiempo a la introspección, pues es ahí donde debemos empezar a trabajar para efectuar un cambio que resulte a la larga bueno. En cuanto a lo otro, los dados siguen siendo tirados y el mundo sigue pendiente de que resultado cae.







