Siendo una forma de escape, de darle sentido a una vida la cual cada vez es más plástica materialista, sus asesinatos y su locura arrecian. A lo largo de la película se atestigua como el haber sido educado para tener una obsesión por el status y el estilo, es lo que a fin de cuentas lo hizo sentir vacío en un punto de su vida, y solo los actos sangrientos llegan a darle nueva vitalidad y alegría a una existencia ya apagada. Mediante seductoras y reflexivas escenas de atracción a su víctima, seguidas de profundas reflexiones que comparte con ésta, se ve el completo ritual que le hace un asesino peculiar. Notable el comentario sobre la música de Phil Collins al estar con dos prostitutas que acaba de contratar, o su forma de acabar con un colega Paul al ritmo de la canción It's hip to be square.
Esta pelicula es de mis favoritas de los 90. Me llamó la atención desde la primera vez que la vi. Se pudiera pensar que por lo impresionantes que son sus escenas violentas; mas creo que en sí fue por su forma de encarar al espectador con la realidad hipócrita de una sociedad que se construye en base de apariencias que no son ciertas, y que cada vez más exige a sus individuos a desprenderse de sus propios anhelos y sentimientos, haciéndolos máquinas óptimas para el mundo laboral, aunque el efecto secundario sea un sujeto que en otras áreas no sepamos cómo se ha de sentir o habrá de reaccionar. Algo muy cierto, pues a fin de cuentas, hay tantas bombas de tiempo caminando por ahí...












