Fui junto con M. a ver la película el Cuarto Contacto, de Milla Jovovich. En la pelicula se narra el caso real de gente que sufrio las consecuencias de lo que se considero una abducción. Una psicóloga es quien los trata, y continua con la investigación y documentación del fenómeno que ocurre en el pueblo, luego que su esposo fallece.
Yo soy un creyente de que tal vez exista inteligencia más allá de este planeta, ya que seria muy cerrado pensar que somos los únicos. No creo de ninguna manera en extraterrestres infiltrados en el gobierno, hombres reptil, simbolos en campos de maiz, y otras cosas demasiado elaboradas como para darles completa credibilidad. Ni siquiera el asunto de Roswell puede ser tomado seriamente debido a muchisimas cosas -demasiadas para detallar en este momento- que debilitan su autenticidad.
No obstante, creo en ese "algo más" que en alguna parte debe existir. Y el caso planteado en la pelicula vale la pena de ver; es una ficción entretenida. Se vincula la psicología con las teorías de abducciones, y las entidades sumerias, conocidas en escritos de tiempos muy antiguos. Milla lleva a cabo una actuación muy correcta y seria, que da gusto ver.
Luego, pudimos estar mis estimados Camaradas y un servidor en casa, con abundancia de alcohol, tabaco, y plática. Es impresionante el cómo pueden ligarse temas en una reunión. Brujería-Películas-Deporte-Amistades traicioneras-Amor-Música-Sexo. Supongo es un punto más que le da la razón al buen Freud: todo, a fin de cuentas, es sexo.
La noche está lejos de terminar. Menos aún mezclando medicamentos con alcohol. No querría ir a acostarme así. Menos aún si hay tanto por hacer.
¿Vieron ese afán publicitario tan egoísta y evidente de muchos que quieren promocionarse con el asunto de Haití? Ricky Martin, y no sé qué otros imbéciles, organizaciones completas y artistas, convirtiendo -como es de esperarse- una tragedia en un medio comercial. Quisiera saber cuánto les importa en realidad el que ésa gente tenga que pelear por comida y vivir en condiciones insalubres, durmiendo y comiendo cerca del sitio donde tienen que defecar.
El mundo es una mierda, pero al son de la existencia seguimos danzando, danzando al coro de la vida.
Estoy muy incoherente para continuar ahora. Adios, adios por ahora, mis lectores. Que alas de demonios les cobijen en sus sueños... o que les cobije quien mejor prefieran.
De gustibus non est disputandum...








