Estar en paz al realizar cualquier actividad es importante, sobre todo si se trata de cagar, coger, y comer. Ah, pero como los imprudentes y cagantes no faltan, están listos para hacer algo que le incomode a uno y le impida disfrutar en paz. Y en cuanto a la comida, hay aquí algunas costumbres y conductas de otros que odio que hagan cerca de mi mientras estoy comiendo:
El del trabajo que va a preguntarte cosas a hora de comida
Esto pasa más en el Mundo Godinez. O sea, en las oficinas, el ambiente laboral de cuello blanco. Estás en chinga durante la primera parte del día, llega tu hora de comida, y cuando ya estás listo para tragar y beber y relajarte tantito, llega el hijo de su puta madre ahi contigo: "Oye disculpa, pero es que fíjate que Fulano de Tal, y el documento tal, y el reporte tal".
Lo peor es que si se analiza, nunca es algo que en realidad sea urgente. Siempre es algo que quieren hecho ya no porque sea crítico, sino porque no quieren que algún viejo rico culero (ya sea un jefe mayor, o un cliente) termine haciendo su berrinche. Y bien pueden arreglarlo ellos si se esmeran. Pero como son un montón de grises autómatas sin vida, dan por sentado que eres una máquina, que al ir a comer eres como un smartphone conectado con el cargador, y que no hay pedo si te interrumpen eso porque a fin de cuentas algo de batería te ha de quedar.
Ah, y aunque te salgas de la oficina a algún lugar cercano a comer, no te libras de esos cagantes. Porque lo que hacen es llamarte al celular.
El ignorante supersticioso con cosas de la mesa
Un mal que hasta estos días predomina es la asociación de comida y supersticiones. Si bien te va, te topas solo al tipo promedio que tiene esa creencia idiota de la sal. Ya saben, que le pides el salero o él te lo pide a ti, y para nada debe darse directamente de una mano a otra según él, porque eso es "de mala suerte". La mala suerte es que haya gente como esa, y uno los tenga que aguantar cerca.
Otros tienen costumbres más raras e insoportables que solo las comprendo y respeto si se trata de un factor psicológico ya identificado y/o diagnosticado por un profesional. Pero cuando no, prefiero incluso alejarme de esa mesa. Sobre todo alejarme de aquella costumbre supersticiosa sobre comida más castrosa de todas: los que rezan para dar gracias; y algunos hasta quieren que todos se tomen de las manos.
La parejita que está fajando casi tragándose en la mesa
Me acuerdo de una pareja que conocí hace ya muchos años. Que de hecho cuando cortaron terminé yo teniendo algo con la chica por un tiempo, hasta que me mandó a la mierda porque se fastidió de mi. Pero bueno, ese es otro tema. El hecho es que cuando ellos eran novios, y con todo y que la chica me parecía (obvio) de buen ver, era bastante desagradable que al estar comiendo en algún lugar, un restaurante o carne asada o lo que fuera, estuvieran los dos frente a mi o a un lado fajando de forma exhibicionista.
¿Han visto a esas parejas que no se miden y entre el beso y el lenguetazo de repente dejan los hilitos de baba cuando separan las bocas por un momento? Bueno, eran de esos. No mames, si tan caliente estás, no vayas a la tragadera y vete al motel. Y ya que te hagas descargado al punto que no quiere uno nada de eso de momento, ahora sí ve con los amigos. Incluso ayudará a tu apetito. Coño. En serio, no sean así.
El del tema trágico personal a cada rato
Ah, antes de que se piense que soy un culero, no es que diga que no deba hablarse de algo íntimo que afecta a tu amigo durante la comida. Muchas veces es el mejor momento. Yo mismo lo hago, y también escucho con gusto a quienes me cuentan sus cosas. Pero al que me refiero en esta categoría no es al que cuenta este tipo de cosas de vez en cuando, sino la persona que SIEMPRE, todos los días trae su tragedia y hasta el llanto a la mesa.
Hace muchos años, en uno de mis primeros trabajos, conocí a una chava que hacía eso. Tenía una relación disfuncional con un patán que le hacía escenitas y la zarandeaba y estaba al borde de llegar a una golpiza propiamente. Habían tenido ya escenas de los papás de la chava corriéndolo, una patrulla de la policía interviniendo en uno de sus pleitos a media calle, y otras cosas. ¿Cómo sé y recuerdo todo esto? Porque la infeliz lo platicaba TODO el día durante el turno de trabajo, y la hora de comida era algo asi como la Premier, la Feature Presentation de la más nueva ojetez del imbécil del novio.
Lo anterior venía con llanto, con las otras viejas del trabajo acercándose a abrazarla, y la repetición por MILÉSIMA vez de los mismos consejos, los cuales por supuesto no iba a acatar. Yo que usualmente no me llevo de forma tan íntima con compañeros de trabajo y en la mayoría de los lugares he sido de comer solo o nadamás con otra persona, en ese trabajo sí me llevaba muy bien con todo el equipo y comíamos juntos. Pero al contratar a esa mona y volverse una vampira de atención y lástima, el ambiente era tan desagradable y pesado a la hora de la comida, que terminé ya comiendo solo a diferentes horas.
El ladrón pica-comidas
Éste, en mi opinión, es el peor. Y la razón de que muchas veces tenga que quedar yo como el enojón y el ojete.
¿Recuerdan el capítulo de Friends en el que Joey dice lo molesto que es que le agarren su comida? Joey doesn't share food!; pues bueno, yo soy de la misma opinión.
Me emputa en serio que le dices a la otra persona, sea quien sea: "Pide con confianza, dime qué quieres" y te dice que no tiene hambre. Le insistes, le dices que mínimo alguna cosa pequeña, y dice que en serio no. Pero cuando ya tienes tu deliciosa comida y estás por devorarla, esa pinche alimaña humana piensa "Ah, está muy feliz. Deja le invado, le CONTAMINO, le DESTRUYO su platillo y su experiencia" y te sale con que quiere "nadamás una mordidita", o peor aún, mete los dedotes sin siquiera preguntarte.
Por múltiples razones, odio que lo hagan y digo que no. De igual manera, no quiero que me ofrezcan de lo suyo, aunque lo hagan nunca agarro del plato de otros.
Si eres uno de los que tiene esa costumbre, espero pierdas todos los dientes y aparte algo le suceda a tus papilas gustativas, y pierdas por completo el sentido del gusto. Lo mereces. No es que tengas hambre a la mera hora, lo que quieres es joder. Te gusta desestabilizar. Si ya dijiste que no querías nada, no estés chingando y deja comer en paz. Ese platillo NO es tuyo, ni una pizca de él. Punto.
¿Y a ti, lector? ¿Qué tipo de gente te incomoda a la mesa mientras comes?

































